Familias
Las redes son parte natural del mundo adolescente. El reto no es alejarlos, sino acompañarlos con confianza. El entorno digital ofrece grandes oportunidades, pero también riesgos como sobreexposición, uso excesivo, ciberacoso o contacto con desconocidos.
Más que prohibir, toca educar para un uso consciente y seguro. Acompañar implica hablar, escuchar y establecer límites acordados. El control parental puede ayudar si se usa de forma abierta y como apoyo al diálogo.
Supervisar juntos contenidos, pactar horarios y configurar filtros crea un entorno más seguro. Lo más importante: que puedan contar lo que viven en redes sin miedo a castigos. La confianza nace de preguntar sin juzgar y dar buen ejemplo.
Los adolescentes necesitan orientación, no vigilancia; presencia, no control.
Si quieres apoyar mejor a adolescentes y fortalecer la convivencia digital en casa o en el aula, te invitamos a:


